Tres hombres ayudaron a dos mujeres a escapar de las llamas y junto a otras personas reparan la casa siniestrada
Redacción (AGDL)
Viendo estos titulares escritos por Isabel Valdés en el Diario HOY refiriéndose a una noticia acaecida en Almendralejo (Badajoz), hace escasamente unas semanas, nos damos cuenta que en todas partes hay héroes dispuestos a darlo todo por salvar una vida sin pensar en que pueden perder la suya propia y personas que tras la tragedia de ver la casa parcialmente quemada y totalmente ennegrecida, se ofrecen voluntarios para ayudar altruistamente a reparar los daños causados, sin importarles el tiempo que van a emplear… “No eran amigos y debido a los quehaceres de cada uno no se conocían especialmente, pero su generosidad y espíritu solidario les ha unido. La causa: la tragedia vivida por una vecina y el sentimiento de que le puede pasar a cualquiera”.
Los protagonistas fueron dos mujeres, madre e hija, que según la autora del artículo, prefieren quedar en el anonimato para darle así más protagonismo a los que las salvaron de una muerte segura, que por casualidad pasaban por allí tras una noche de fiesta y oyeron los gritos de auxilio de las afectadas… “en ese momento, Manuel Guerrero y José María Rodríguez, de 27 y 20 años, respectivamente, que llegaban de una larga noche de fiesta escucharon los gritos y sin pensárselo subieron y empezaron a dar patadas a la puerta para derribarla. En su ayuda acudió Carmelo Velasco, de 35 años, con una palanca que pudo tirar la puerta, y así Manuel entrar y sacar a las dos mujeres”.
Pero si sus salvadores actuaron por instinto, por impulso como dice la autora del artículo, sin pensar en lo que les podía ocurrir a ellos mismos y asegurando que lo volverían hacer sin dudarlo, lo que hicieron días después, lo hacen, como se suele decir, con “premeditación y alevosía”, sorprendiendo con su actuación a propios y extraños, pero en este caso ayudados por nuestro paisano José Antonio Rayero Lozano y Juani Rivera, así como una veintena de mujeres más, que ayudaron a limpiar la casa de hollín pegado a las paredes y a los muebles.
Tanto los salvadores Manuel, José María y Carmelo, como nuestro paisano José Antonio y Juani -ambos vecinos de las afectadas-, se están encargando desinteresadamente de reparar la vivienda incendiada, aportando sus conocimientos en electricidad, fontanería, albañilería, carpintería y pintura, bromeando con que pueden ayudar “gracias a la crisis”, porque de momento están todos en paro … “Charlando sólo un rato con ellos enseguida ves sus ganas por hacer cosas y salir adelante y de ellos aprendemos que la persona que menos esperas es la que puede estar a tu lado en los momentos más difíciles, por lo que son sin duda un buen ejemplo a seguir”.
Ejemplo como el protagonizado por nuestro paisano y amigo José Antonio Rayero y sus compañeros solidarios, creo que desde entonces buenos amigos, es un ejemplo a seguir por todos y algo digno de contarse. Enhorabuena a todos por ser como sois.
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