Manuel Enrique Sánchez Porras
Otra vez el tiempo ha regresado
la luz de las cosas que se fueron,
las que creí perder pero quedaron
rebeldes al olvido en el recuerdo.
Y ahora estoy aquí
Recuperando cuanto yo he vivido,
cada momento, de mi vida de niño,
de joven, de inexperto,
de la vida de aquellos
que me aman y amaron.
Conjugo en presente
lo pretérito
porque llega otra vez lo más sagrado,
corazón de mis íntimos anhelos.
Y otra vez, si busco
hallo mi memoria feliz entre lo eterno
y otra Semana Santa,
al fin, entre mis manos.
Dignísimas autoridades eclesiásticas y civiles , hermanos cofrades todos Buenas noches
Quiero dedicar este pregón sin ningún género de dudas a la memoria de mi padre, el primer maestro cofrade en mi vida, Macareno de pro, incluso lejos de su querido San Gil. A mi esposa Esperanza ( compañera y amor de mi vida ), a mis hijos ( Ana, Esperanza y Manuel Enrique) e hijos agregados ( Jose , Manolo y Leticia) y por último a mi nieto Jose, esperando que el contenido de este Pregón, pueda servirle algún día de estimulo, para su formación como hombre de Fe y buen Peñarriblense.
Necesariamente mis primeras palabras han de ser, palabras de agradecimiento, breves y sinceras, nacidas en lo más profundo de mi corazón.
Gracias, Don Victoriano por tan bellas como excesivas frases de elogio, más propias de un padre, que dé el vínculo de un maestro (que como ha dicho un dia lo fue mio, en aquella queridísima Escuela de Maestría), y que son un excesivo mérito en justicia que se pueda reconocer en mí.
Gracias, hermanos, a todos vosotros por este más que cariñoso recibiento que acabáis de dispensarme.
Gracias a mis hermanos de La Borriquita al elegirme como Pregonero, extremando su fe en el hombre, quizás pensando que hablaría más mi corazón que el conocimiento humano.
Gracias a todos y cada uno de los Hermanos y Hermanas Mayores, a los cuales aparte de vinculo cofradiero, me une un buena amistad (a uno de ellos lo conozco desde que lo trajo al mundo, la madre que nos pario a los dos). Gracia por confirmarme en tan altísima distinción.
Gracias a todos vosotros, soberanos Peñarriblenses, que al conjuro de la Semana Santa, sabréis convertir el agua insípida de este Pregonero en vino generoso y en sincera emoción de sabiduría.
Con vuestra licencia, digna y docta asamblea; con vuestra licencia, deseo dar comienzo a mi intervención encomendándome a Nuestro Padre Jesús de los Reyes:
Por la señal de la Santa Luz, de la Santa Luz con la que nos ilumina Nuestro Señor y que enciende este cirio, común para todos los cofrades de este pueblo y que nos alumbrará en la andadura emocionante y apasionada de nuestra Semana Santa.
Por esta señal y con esta Luz emprendo impulsivamente y con ilusión la misión encomendada por la Cofradía de la Borriquita, y porque conozco mis limitaciones y lo grande y complejo que es el tema a desarrollar, invoco la Luz Verdadera, para que me ilumine en este trance de hacer luz, sobre la luz bendita de la Gracia, y para que el apasionamiento que engendra mi corazón no vele mi voz.
A Ti me encomiendo, Señor: Concédeme un corazón limpio , un verbo fluido y vibrante, para cantar tu Pasión Redentora y los Misterios Dolorosos de María Santísima. Permíteme, Señor, pregonar las excelencias de nuestro pueblo, de sus gentes y de su Semana Santa, nacida de un beso de tu Amor Divino, para todos los peñarriblenses y que para nosotros es fuente de Amor Fraterno y la más antigua, más noble, más sincera, más popular, más arraigada, más honda, más sentida y más sublime de nuestras celebraciones religiosas y de nuestras tradiciones.
Sólo en unos corazones impregnados por el Amor a Cristo, sólo en vuestros corazones reunidos en un gran corazón latente, podremos encontrar el secreto y la verdad de la Semana Santa.
Mas antes que este cirio que nos alumbra consuma más cera, permitidme que tenga un emocionado recuerdo para aquellos hermanos, que atendiendo la llamada de Cristo, se levantaron de las mesas de nuestra Hermandades sin consumir su último brindis, y desde el Cielo, sonrientes, están esperando el tributo de nuestro emocionado recuerdo.
Pregonemos pues lo que no necesita ser pregonado, ni necesita pregón, lo que no necesita explicación porque no puede ser explicado.
Me he preguntado si habría que ponerle titulo a un pregón, pero . . . . sigo teniendo mis dudas, de cómo se podría titular la vivencia, más bien la historia de un niño que empezó siendo penitente y termino siendo pregonero
Podría comenzar diciendo como el poeta,……….. mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,……. pero no……., no había ningún patio, si había en mis ensoñaciones de niño; Triana, su puente, la Catedral, San Gil y muchos lugares más de la sinpar Sevilla, mi mente se recreaba en imágenes que inspiraban mi admiración y porque no decirlo un respetuoso temor, no los conocía pero me imaginaba al Cachorro al Gran Poder al Gitano. . . . . . sonaba en mis oídos infantiles, dos palabras que me acompañaran toda mi vida Esperanza Macarena.
Mi memoria se empieza a llenar con historias fantásticas que hacen que el interés por la Semana Santa se trasforme ansias de conocerla, mi mente se llena de cofrades que cruzan el puente de Triana con pistolas bajos sus túnicas, porque los republicanos no quieren Semana Santa - es la guerra civil, y ellos hace estación de penitencia con su Cachorro, del borracho que velado por los vapores del alcohol tira una botella a la virgen morena dañando su rostro macareno, o de aquellos que sumidos en una reyerta se apuñalan y que inspiran al artista imaginero, para copiar la cara del Cachorro, de la del gitano agonizante .
Historias de costaleros que por pocos reales ,llevaban sobre su cuello a Jesús o a María, y que en su arrias bebían agua o vino, los más privilegiados en jarrillos de latón y los más humildes en las latas de sardinas, que le habían servido de bocadillo en su trabajo en el puerto de Sevilla; historia que no he podido olvidar como la del Balilla cuyo nieto es digno sucesor de su abuelo en lo cofrade y en su fe y dedicación total a Cristo, El Balilla, el inventor de la frase insignia de la Semana Santa AL CIELO CON ELLA y que tan sabiamente la torno por la que su capataz, que en un grito de animo a su cuadrilla dijo: vamos a los cables con ella, y el Balilla grito no, a los cables no al cielo con ella.
Recuerdos, recuerdos de mi padre, cuantas y cuantas veces lo he llevado en mi oraciones, antes bajo el costal y ahora bajo el cubrerrostro, que poco valoramos cuando somos jóvenes lo que se tiene, hasta que se pierde, historias, enseñanzas y ensueños.
Pero de pronto, eme aquí que por “verbi grace “de un curita joven y animoso, con ganas de dar Semana Santa propia a su barrio, al Cerro. Me voy a ver de penitente, este curita, recupera de las atarazanas de Santa Bárbara un busto en el olvido de la Divina Señora y haciendo alarde de su “piquito” el curita convence a costureras y sastres, unas para qué trasformen el inmaculado traje de una novia , en vestimenta para la Madre de Dios, al sastre , para que se trasformen las túnicas de la primera comunión y se hagan cubrerostros para los primeros penitentes chiquitos.
Y la llama a la Señora AMARGURA
A mi Amargura en la noche
Cómo la piropeaban
los que miraban la pena
de su carita aniñada
Cuando a Amargura hay que verla;
a Amargura no hay que mirarla.
Podrán mirarla a los ojos,
y podrán mirar su cara.
Podrán mirar sus mejillas,
y podrán mirar sus lágrimas.
Podrán mirarle los labios;
podrán mirar sus pestañas;
podrán mirarle su pelo;
podrán mirar su garganta
y podrán mirar su frente
que es más bonita que el alba.
A mi Amargura en la noche,
cómo la piropeaban,
los que miraban su rostro,
los que sus manos miraban
y es que a Amargura hay que verla
con los ojitos del alma.
Y decían que sus manos
eran luz de nieve clara;
que eran blancas azucenas;
que eran puras rosas blancas;
que eran flores de azahar;
que eran gotas de rocío...
de transparentes y castas,
La sangre de Cristo está
en su manto congelada.
Son palomas heridas;
son violetas desmayada;
y serán mil azucenas...
pero azucenas truncadas;
A mi Amargura en la noche,
cómo la piropeaban....
Paloma blanca del Cerro;
Brasa roja en la madrugada;
Morena, niña Morena,
Morena de los Cuarteles
granito de sal y gracia....
Cómo miraban tus ojos,
cómo miraban tu cara,
Y ahí me veo vestido de blanca túnica y rojo cubrerrostros, agarrado, con toda la fuerza de mis siete años, a un cordón , con un nudo salvador que mantenía las distancias, que no se podían perder, por mirar el asombro espectáculo del paso de palio de la Reina del Cerro , con su Centuria Romana Musical, …….de aquel tiempo nombres imborrables: los Hermanos Mesa, Serafín el Sastre, el Nono, Rebaná , Teresa, Paco Vadillo, El Manchaillo y tantos y tantos pero sobre todo uno: Don José el cura del Cerro, …pocos hombre habrán llevado tan magno apodo adosado a su nombre y que solo lo mereció su sucesor, amigo, discípulo y posteriormente maestro de almas de muchos de nosotros Don Antonio Jurado, insigne cura cofrade y pregonero de esta Semana Santa al que a mi criterio ha sido y será por “secula seculorun” el mejor pregonero que ha tenido este Pueblo.
Alma infantil sobrecogida, susto en el cuerpo a contemplar a fornidos hombres de mono azul y amenazante antorcha en sus manos, llevar sobre sus hombros la imagen que yo considero predecesora del actual Cristo del Cerro, por cierto mi barrio, durante 23 años y para toda la vida; como decía para mi aquella fue la firme promesa de un barrio, de que un día la Reina de San Miguel saldría tras su Cristo, EL CRISTO DEL AMOR
Mirad el Crucificao
que navega, no camina,
todo el poder en sus manos
si un milagro le suplicas.
¡Santo Cristo del Amor,
eres agua bendita,
refrescas a los sedientos
purificas las heridas.
Eres sal del Cerro
Eres sol que siempre brilla
Loado maná del desierto
para todo aquel que emigra.
Eres Puerta del Sagrario,
fruto bendito de espiga.
Eres grande y eres chico:
casi te falta capilla
más si piden ayuda
te cuelas por cualquier rendija.
Es tanto tu embrujo que...,
Dios me libre de herejía,
si digo que por tu rostro
enloquecen tus chiquillas.
¡Que suerte tiene la Virgen
que la llames madre mía!
Qué triste quedó Miguel Arjona
Cuando te fuiste de su taller de las maravillas.
Pero el niño aumenta en estatura, en conocimientos, en experiencias nuevas, retos que aparecen como amenazas y se convierten en trampolines de vida, en preguntas que empiezan a no encontrar las respuestas fáciles , cuando se pasa la meridiana edad de los quince años, porque el hambre de la adolescencia reta a cualquier ley, traspasa los muros más altos y no se para ante el gran misterio de la Salvacion
Jesús siempre estuvo ahí, a mi lado, a veces ignorado, a veces llamado a gritos o encarándome con Él, por la locura que se adivinaba en este mundo, desde ya, bien surtido de guerras, injusticias, hambruna y desastres; dogmas intragables, desde mi fe juvenil y normas que abocaban a la doble vida. Todo lo que aun adolescente y joven invita a la búsqueda de esa verdad última, que da sentido a todo este “maremágnum” de la vida, en el que somos supervivientes. Lo oficial nunca vendió bien entre los aprendices de hombre.
La semilla, que desde pequeño nos plantan, vuelve a florecer con los años. “Maxime” , si es Dios quien se cuida de ella, porque nunca se rompe ese cordón umbilical que te aferra a Él, y si abres un poquito el corazón y dejas que entre, aunque sea de puntillas, vuelve El a encontrarte y tu a encontrarlo a El.
Años de juventud …..; no puedo omitir de esta etapa de mi vida a una de las mujeres de mi alma, mi madre, santa mujer, que ha sabido criar a cuatro hijo, con los escasos recursos de un pobre trabajador, ella en sí, incansable trabajadora; y me vais a perdonar un símil porque no peco de sacrilegio, pues es amor a mi madre lo que mueve a hacerlo; fue madre como María. Solicita, tierna, tenaz educadora en la sabiduría popular, compañera incansable en mis primeras estaciones de penitencia, maestra de mis primeras oraciones “Cuatro esquinitas Tiene mi cama. . . . “ junto con mi abuela Pepa, severa evocadora de Santa Bárbara, ante las terroríficas tormentas en mi infancia.
Y llega la madurez, en este tiempo, mi vida cofrade se limita a esporádicas salida con Amargura, rememorando de nuevo mi niñez, visto habito de nazareno de fila con (de nuevo) AMARGURA
Con tu gesto de humildad
engrandeces la cofradía,
que sin ti nada sería
ni hasta la misma Hermandad.
En tu silencio está la verdad
de la estación de penitencia,
no me acusen de demencia
si me atrevo a reafirmar
que es una forma de rezar
para alcanzar indulgencia.
Tú, nazareno de fila,
ejemplo de penitente,
mantienes incandescente
la fe que nos ilumina.
El alma se te espabila
y encuentras el consuelo
en poder limpiar el suelo
con la túnica arrastrada,
que es la alfombra soñada
para el Rey de los cielo.
Pero en esta vida todo tiene un porqué, un como y sin saber cómo ni porque, me encuentro a bocajarro con Ella, con MARÍA. Con la MADRE con la SEÑORA. . . . . Que como fue -----:
Una semana Santa de mil novecientos ochenta y nueve, salida de María Santísima de la Esperanza a costal, por motivos profesionales se da escolta de honor por mi compañero y amigo Higinio Muñoz y un servidor a – la entonces para mi Virgen de la Esperanza, al año siguiente de nuevo escolta con la Virgen , esta vez con un nuevo compañero Pepe Pozo y , pienso que esas noches de escolta, nos la pago la Señora con creces, a Higinio lo hizo capataz de Nuestro Padre Jesús Cautivo, y a Pepe lo erigió en basamento de su paso en la calderilla de sus trabajaderas y a mí. . . a mí me robo el corazón y se lo entro a su hijo para ser fiel cofrade en toda nuestra Semana Santa.
Como profesional no solo he tenido el honor de ser escolta de María Santísima de la Esperanza, también he servido en este menester a Nuestro Padre Jesús Cautivo
Bendito tú, cautivo
¿Por qué bajas la mirada?
¿Acaso los que te siguen
contra ti pretenden nada?
Si embelesados te miran
cuando sales de tú casa.
Habia caído la noche
y ya
impacientes te esperaban
para lanzarte suplicas,
de rodillas si hace falta,
y caminar detrás tuya
protegiéndote la espalda.
Aprietan en las esquinas
con ansias de ver tu cara.
A cumplir promesas vienen
¿y tú bajas la mirada?
Unas piden por su niño
otras, salud, que les falta,
o quizás darte las gracias
por ver su pena aliviada.
Ya sé cuál es tu respuesta,
que la cruz es la que salva,
también tú la sufrirás
para salvar nuestras almas.
Más pobre y débil, nuestra fe
y la cruz se te hará pesada,
Señor que todo lo puedes
¡Levanta, ya, la mirada!
Gracias a Dios no solo he caminado junto a la Madre de Dios, sino que he tenido la bendición de caminar tras ella , tras la Madre, que dio al mundo en Belén en una noche que no tuvo crepúsculo, el Verbo hecho carne; que por amor al Hijo, vio su pecho traspasado por una espada de dolor; que huyó a Egipto, por salvar la vida del Divino infante, y que lo perdió un día regresando de Jerusalén, para hallarlo después de terrible búsqueda, hablando a los doctores en el Templo, camino tras ella protegido por su manto , el mismo manto que un día en el humilde pesebre envolvió y dio calor , al hijo de Dios hecho hombre y camino tras la Virgen de los Dolores de mi querida Parroquia del Salvador, camino tras la madre que presintiendo lo inminente busca refugio y consejo en la fe de nuestro mayores de la Residencia.
Ay dolor, dolor, dolor,
por mi hijo y mi Señor!
Yo soy aquella María
del linaje de David:
Gran desventura mía!
A mí me dijo Gabriel
que el Señor era conmigo,
y me dejó sin abrigo
más amarga que la hiel.
Más dijo que era bendita
entre todas las nacidas,
y soy de las doloridas
la más triste y afligida.
Decid, hombres que corréis
por la vía mundanal,
decidme si visto habéis
igual dolor que mi mal.
Y vosotras mis costaleras que tenéis padres, hijos y maridos,
ayudadme con mis gemidos,
si es que mejor no podéis.
Llore conmigo la gente,
alegres y atribulados,
por lavar los pecados
mataron a un Inocente.
¡Mataron a mi Señor,
mi redentor verdadero!
¿cómo no muero
con tan extremo dolor?
Señora, santa María,
déjame llorar contigo,
pues muere Dios y mi amigo,
y muerta esta mi alegría. AMEN
Cristo y su Santísima Madre me pusieron a su servicio en la Semana Santa de mi pueblo, hermanándome con la trabajadera .
Porque saber gente buena que yo fui costaleo, mejor dicho soy costalero, ya he dicho que María me robo el corazón y el alma , y en su lugar puso zapatillas , faja y costal, y como Ella no pudo dármelos en personas, envió como suelen hacer la Señora y el Divino Redentor, a dos ángeles, ángeles sin alas, pero con costal bien fijado,….. te acuerdas Julio,…..te cuerdas Ada, os acordáis de aquella entrevista en el video comunitario, como me enseñasteis como se hacía un costal, como se ceñía un faja y como os preguntaba, ¿por qué sois costaleros? Sabéis muchos años después aun no he encontrado la respuesta:
Vosotros me invitasteis a grabar un ensayo y enseñarle a mi pueblo que es ser Cirineo, Cirineo del Salvador o de su Castísima Madre; cirineo . . . . . .costalero, costalero. .
Según La Real Academia de la Lengua Española, define costalero, como esportillero o mozo de cordel, especialmente el que lleva a hombros un paso de una procesión.
A esta, cuanto menos incompleta, definición, le falta sin duda, todo aquello que significa SER COSTALERO, le falta SENTIMIENTO. El costalero, es ese artífice del caminar de Dios hecho hombre, de llevar en cada levantá a su Madre al cielo, ….de reviras de ensueño en las esquinas de la primavera. Es ese Quijote, entregado a una batalla, que el resto del mundo considera de locos. El costalero es aquel caballero que no teme a nada, enfundado en su armadura de costal, faja y alpargatas, tan solo teme que todo acabe alguna vez.
El costalero es ese privilegiado de cargar con el peso de la PASIÓN, aquel que paso a paso, lleva al Salvador traicionado con el más bello de los gestos, entregado con un beso. Aquel que lo lleva caminando con las manos atadas como un vulgar ladrón, siendo el Hijo de DIOS.
Y también es el costalero el que lo acompaña, cual Cirineo, cargando el peso de su cruz. Es aquel que soporta el dolor de verlo clavado en ese madero, mirando al cielo, buscando Amor, para Él y para el mundo.
Es el costalero, quien debe secar las lágrimas, de esa madre que solo implora Piedad, y ve a su hijo muerto, elevado al cielo por ese hombre llamado COSTALERO.
Otra duda mía… hombre, costalero, cirineo . . . género masculino , solo género masculino en la pasión del Carpintero de Nazaret, solo hombres para beber este trago amargo, pues permitidme que diga, que para beber este trago tan amargo, que mejor que la ternura de una mujer, la ternura de esas Verónicas que con su costal o faja enjugan el sudor y la sangre del divino Redentor o las lagrimas de la Reina de los Cielos; y es que hay que quitarse el sombrero, antes las niñas de nuestras cuadrillas Borriquita, Dolores, Amor, Dolores, cuadrillas de princesas porque son hijas del Rey y la Reina de los Cielos. ¿Quien dijo que hay que ser hombre, para ser costalero? Aquí está el ejemplo.
Ser costalero es un oficio cargado de amor que diferencia a unos hombres y a unas mujeres del resto. La honradez y entrega hacen de él o de ella un camino hacia Dios. Ser costalero es el orgullo de saber que se está en este mundo para servir, como El nos dejó en Su Palabra…….. ser costalero es andar por esta vida con Dios y la Virgen, enseñarlos, con el sufrimiento de Su Pasión, acompasado por el cariño y arte de la gente de abajo. Hay un oficio que llena de plenitud a ciertos seres humano que oyen sus corazones, que aman el costal… eso es Ser Costalero.
Cuantas vivencias, cuantas chicotas, cuantas salidas durante doce años, que se pusieron en tela juicio con la primera, cuando, desafortunadamente metí el pie en un agujero traicionero, de cuando sentí el dolor no solo físico , sino el dolor de pensar que seria mi primera y última salida de costalero por poder haber sufrido un daño irreparable, recuerdo que me salí debajo del paso, casi llorando de rabia, Juan me dijo : “siéntate ahí y espera que se pase y tranquilo habrá otro año”, y de pronto otro ángel, otro derroche de amor, otra tonelada de generosidad con un nombre que no voy a decir, que sale y me dice : “ pa dentro hermano, tu pa dentro” ; y al entrar bajo la verde morada de la señora , un brazo fornido que me ciñe por la cintura y continua diciendo “ tu aquí, a tu sitio con tus hermanos, pero cuidaito con meter cuello, que tu peso lo llevo yo, tu hermano y tu aquí con tu cuadrilla, con tu gente”. . . . . . . . . . . Sin comentarios
Cuadrilla, costalero, hermano … . tres palabras para escribir todo una enciclopedia de amor, de generosidad, de entrega, de amistad y de hermandad, cuantos grandes hombres he conocido bajo la trabajadera, algunos hermanos de costal que se han marchado a la cuadrilla de los Cielos
Con el paso racheao
Va avanzando una cuadrilla
Todos nos hemos mirao
Faltan un par de zapatillas
Con el llamador enlutao
Su mejor clavel se ha marchitao
Ay José Luis Leiva
Hoy
Hoy no se amartilla
Porque hoy no hay quien conteste
Vámonos maestro
Que el hijo de la Loren esta
En el paso solo el brillo
Que desprende cuatro hachones
Hoy el Moreno lleva negros crespones
Por ti
Por ti Amador Cabanillas
Hace poco buscando y rebuscando argumentos, para este pregón me encuentro con una poesía, con una dedicación que dice : esta poesía a mi cuadrilla, está dedicada especialmente a mi capataz Enrique. . . . . firmado Pedro Antonio y cualquier comentario mas estragularia mi garganta. . . . . Queridos hermanos un fuerte beso e interceder por nosotros ante el Altísimo, como solo los ángeles de costal y zapatillas saben hacerlo..
En fin, acabo de decir que fui capataz, bueno soy capataz, más bien costalero con galones, he tenido la suerte de co-fundar dos cuadrillas y refundar otra, la primera la de esta Hermandad la de la Borriquita, la de Ntro. Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén.
Una Hermandad que hoy es ejemplo de buen trabajo, de seriedad y de un gran esfuerzo para fomentar una auténtica cantera de buenos cofrades, que el día de mañana irán nutriendo a todas y cada una de las demás Hermandades y Cofradias .Una cofradia ,donde un rio de hebreos, sale a la calle, nerviosos, impacientes, inquietos, felices . . . . . Rio dorado, por el color de las palmas, verde por las ramas de olivo, rio infantil dulce, porque sus penitentes son como dijo Antonio Puente : Nazarenos de Caramelo: Aunque a los nuestros también los atiborren de gominolas
“Dejad que los niños se acerquen a mi”
Tarde del Domingo Ramos,
de Santa Barbara está saliendo, sin tulipas encendidas,
y con tambores a lo lejos.
Hermanitos apiñados,
racheo de alpargatas en el suelo,
las puertas al Llano se abren
La Borriquita está saliendo.
Entre toda la chiquilleria,
que ya ha roto el silencio;
uno, el más pequeño
de asombro sus ojos ilumina
el…… es el más tierno.
Él ya es cofrade,
el ya es hebreo o nazareno.
Cofrade desde el vientre de su madre,
que de ello juramento hicieron antes de viese la luz
sus padres, tíos y abuelos.
¡De raza le viene al niño¡
¡Casta de cofrades y costaleros¡
La piña de cofraditos la cuesta Los Lavaderos van subiendo ellos , sonrien en silencio,
y Jesus majestuoso, en Borriquita procesiona por El Cerro.
El niño lo mira todo, pero sin miedo
que ya se encargo su abuelo
Con infinito cariño
de cornetas, tambores y veleros,
para que no se asuste el niño
ni de la voz de capataz, ni del ruido ni siquiera del silencio.
Su padre ilusionado Con su hijo va penitente
lleva sudor en la frente
y el corazón extasiado
La madre le sonrie le abraza con ternura
y un llanto sin amargura de emoción sube al cielo
A la amorosa abuela
un suspiro le quiebra la garganta que en la cara de su nieto ha visto ya dos luceros
y en lo labios ……………………… en los labios le asoma un puchero.
Por la calle de Leones Jesus asciende lento. Parece que recuerda en su altar
el bautizo del mi niño pequeño
y una sonrisa se escapa de su cara
y me figuro…. que una lágrima al tiempo.
Mirando, lo chico que es,
mi niño nazareno.
Es la estación de penitencia de La borriquita, donde la chiquillería, empapándose del sentir cofrade, va haciéndose mayores por dentro, sintiéndose parte de algo grande, y que nos trasporta a nosotros de nuevo a nuestra niñez y que en mi siempre ha despertado , mis mas tiernos sentimientos
Los olivos y las palmas,
bendecidos y hermanados,
son símbolos que proclaman
que ya es Domingo de Ramos.
Cabeceras y barandas
de camas y de balcones,
serán perennes pregones
después de Semana Santa.
En Santa Bárbara la alegría
blanca y roja azucena,
no evitará que las penas
tiendan su manta sombría.
Triste está la borriquita,
no le gustan sus orejas
y pide a Dios, con su queja,
que las ponga chiquititas.
Al escuchar su desgana
tanto se ha compadecido,
que la Esperanza Serrana
decide hablar con su Hijo.
"Es justo y es conveniente
que tu sencilla peana
aspire a ser más humana
para honrarte dignamente.
Recuerda que en el portal
te dio calor con su aliento
y nos llevó como el viento
huyendo de un rey mortal
Ella es tu trono carnal
de los Domingos de Ramos,
donde descansan tus manos
en cada Entrada Triunfal".
Jesús, con honda emoción,
acariciando su frente,
reclama amorosamente
un momento de atención:
"Desde hoy y para siempre
mi templo es la borriquita,
su nobleza es un presente
que en la vida no se marchita.
Para mi fiel asistente,
por la Virgen venidera
le pido a esta buena gente
que siempre cuiden de ella.
La borriquita obediente
es la sal de mi salmuera
y es el primer penitente
de esta tierra minera
Ahora mis desvelos se ven encaminados en otra de mis hermandades, el pasado y el presente se unen, ayer el Santo Entierro hoy la Virgen de los Dolores, dos cuadrillas para el recuerdo, para las páginas de oro de los anales cofrades cuadrillas con toda seriedad del mundo, con el silencio por orgullo, con un rachear de zapatillas por compas, pero con la alegría en la esperanza de la Resurrección
Olé la gente buena
Que se emocionan en una calle cualquiera,
Y son puros sentimientos los que invaden una trasera
Donde solo en silencio se dice
Olé, olé olé mi gente buena!
Venga que la traemos dormida
¡no levantarme las punteras!
Los pies racheaito
No vaya a ser que se despierte ella
Y os sigo diciendo en silencio
Olé, olé olé mi gente buena!
De frente que vamos pa´ Callao
que Leones nos espera
a una Virgen que es Reina
en sabiduría y elegancia COSTALERA.
Y ahora bajito solo es cosa nuestra
¡Olé , olé , olé mi gente buena!
Que le tocan marchas
marchas cofradieras,
pero Ella ni se inmuta
porque son los Ángeles quien la llevan.
os lo digo callaito
¡Olé, olé ,olé mi gente buena!
¡Doy tres golpes de martillo
y una voz que suena
de un capataz emocionado
que solo a sus costaleros les llega.
Por eso repito en silencio
¡Olé, olé, olé, mi gente buena!
Esta va por nuestra gente
por nuestras familias, por ella
pa que la virgen les de fuerza
pa que sigan con nosotros
¡oído ¡¡ al cielo con Ella!
Y sin siquiera mover los labios
¡olé,olé,olé la gente buena!
Esta es la gente que sufre
debajo de unas trabajaderas,
de una Reina del Llano
que dice llamarse Dolores Señora Nuestra.
Ya se termino todo
Ahora en el salón a voz plena
¡olé, olé, olé mi gente buena!
¡olé las cuadrillas costaleras!
El capataz es otra figura esencial en la Semana Santa, para unos pocos el capataz es el que mira por la integridad física de la gente que lleva el peso, o el se encarga del buen funcionamiento de un equipo de gente y efectivamente es así ,pero el capataz es la persona que ama con inmensa devoción lo que lleva, lo de arriba y lo de abajo, a su imagen y a su gente, el capataz es el hacedor de que todas las almas, que cargan bajo la madera , sean una, y el , ser los ojos, los pies, su espalda, su hombro y lo más importante , su corazón, Ese corazón que bombea la sangre en forma de palabras. El buen capataz durante cada chicota debe ser padre, hermano amigo, dentro y fuera del paso, incentivándolos minuto a minuto, segundo a segundo , inculcándoles amor y fe hacia esa imagen de arriba, que ya no es imagen es una promesa de amor, que hacen que la gente de abajo sean ángeles de trabajadera.
Un capataz debe de tener por lema una frase cuando termina la estación de penitencia: SI TODO HA SALIDO BIEN ES GRACIAS AL TRABAJO DE SU CUADRILLA, DE SU GENTE, PERO SI ALGO HA FALLADO, ES PORQUE EL, EL CAPATAZ HA FALLADO:
Y más gente, penitentes, camareras, vestidoras. la mujer en nuestra semana santa, ……el protagonismo de la mujer peñarriblese en los actos y cultos de las Cofradías, ha venido consolidándose, de manera progresiva, a lo largo de los años.
Por ello, con el recuerdo emocionado de todas aquellas, que nos enseñaron a vivir el verdadero sentido cristiano de la Cuaresma y de la Semana Santa, a vestir la túnica nazarena como acto de penitencia y a contemplar, con respeto, el paso de una procesión, permitid al pregonero que haga un sentido homenaje a la mujer cofrade de Peñarroya Pueblonuevo.
Sí, a la que hace estación de penitencia con túnicas o encajes enlutados de mantilla, con peinas que tienen el mismo color que los ojos de la Virgen. Con negros guantes sacados de las oscuras entrañas del dolor; con broches dorados, rosarios de plata; elegancia y oración, sencillez y promesa, que es también penitencia y devoción.
A ti mujer, que ocultas tu rostro , bajo un cubrerrostros y una humilde túnica nazarena, y que vas rezando en silencio, sin que nadie escuche tu rezo, …
A la que, en esa fría Madrugada del Miércoles Santo, y con silencio fervoroso, descalza , quiere cumplir una promesa, acompañando al Cautivo en su angustioso caminar.
A la que viste con delicado esmero las imágenes de su cofradía y cubre los Dolores de la Virgen con suaves terciopelos, con sayas y enaguas que parecen cosidas por bordadores del cielo; con pecherines y rostrillos de encajes, con mantos y pañuelos, con rosarios de plata y un puñal clavaíto en el pecho.
A la que quiere rezar sufriendo bajo un varal, o entre cuatro faldones que ocultan su esfuerzo de valiente costalera, y que entre ríos de sudores, le van pidiendo a su Cristo o a la Virgen de sus amores, que por ese amor sin desvelos, y por su esfuerzo promitente, le tengan siempre presente en el trono de los cielos.
Mujeres de Peñarroya, mujeres de Pueblonuevo: Sois cofrades por sí mismas, hijas, esposas y madres de cofrades; sois mujeres de una tierra que, cada año proclama, con fe ardiente, la grandeza de sentirse peñarriblese, nazarena y penitente.
Y en medio de todas ellas, una mujer única : María, Corredentora e Intercesora ante Jesucristo para el logro de la vida eterna, y Madre de Jesús y Madre nuestra.
Ella, aquella mocita de Nazaret, la más Pura y Limpia doncella, la hija de Joaquín y de Ana, se hizo Madre nuestra, a los pies del madero, sabiendo cumplir, con el mayor dolor posible, aquella promesa que hiciera al Ángel de Dios: “ He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra”. Nunca pudo imaginar que se le pidiera tan alto grado de resignación y sacrificio, engendrando al Mesías, al hijo de Dios hecho Hombre, para luego contemplar, desolada, a los pies de la Cruz, la terrible muerte de su amadísimo Hijo.
A ella a la Virgen, a María Santísima de la Esperanza dedique todos mis esfuerzos y mis primeros versos como cofrade
No sé con qué está más guapa
la Esperanza Terribleña,
si con saya de terciopelo
o saya blanca de princesa,
o saya de adoratrices,
o saya verde como su bandera
el cristal y el mármol sueñan
con latines en el coro,
incensarios y navetas.
El alfiler y el espejo
y el peine con que se peina
se están preguntando siempre
cómo está más guapa Ella:
si en el camarín mirando
al que la mira y le reza,
o entre la jardinería
de su paso en primavera,
o bajando a recibirnos
en el besamanos puesta.
No sé cómo está más guapa
la Esperanza Terribleña
si un sábado por la tarde
o un domingo de cuaresma,
si en el Jueves Santos grande
por la calle Leones,
o cuando suena la Salve
en la calle Callao llena.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda.
Y nosotros preguntando
con qué está más guapa Ella.
Y nadie sabe decirlo,
ni aproximarse siquiera
al concepto, a la medida,
al gusto y al teorema,
que todo lo que se pone
lleva su hermosura impresa.
Y vuelve loco Pueblonuevo
y con Pueblonuevo, al planeta,
que la locura a su lado
es locura sin fronteras
y sabe que a la Esperanza
no hay nadie que no la quiera.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda.
Y nosotros soñando con la Reina
un sueño de madreperla,
un sueño de guardabrisa,
de entrevarales y cera;
un sueño de amor y gloria,
un sueño de cielo y tierra,
un sueño de Jueves Santo,
un sueño de avemaría
dentro de la parihuela.
Sé que si la sueño yo
es porque todos la sueñan,
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda,
que alumbró hace dos mil años
al Señor de la Cruz a cuesta
y parece que fue ayer
el parto de la azucena.
Y ya en el año 2011,
con dos mil once locuras nuevas,
que la lengua no se me cansa
de pregonar su belleza,
sigo diciendo lo mismo,
lo que otros antes dijeran
y lo que dirán también
los que mañana la vean:
¡No sé cómo está más guapa
la Esperanza Terribleña!
Siempre he sido mariano, muy mariano ( alguno por lo “bajini” estarán diciendo: mariano si, si: esperanzon es esperanzon) y es que trabajar bajo su manto fue mi mayor pasión y orgullo.
Échala al cielo Julio
Para cantarle una salve
Esencias de primavera
Vienen jugando en el aire;
Estrellitas y luceros
Viven sus dulces romances
Vigilados por la luna
Celosa y pálida madre
Que teje a la suave luz
De Venus, la más radiante,
Para el rostro de la virgen
Su blanca toca de encaje
Échala al cielo Julio
Para cantarle una salve
Calles de Pueblonuevo
Tiemblen en sus blancas cales
Al verla venir mecida
En el mas gitano baile.
Claveles enamorados
La rodean por el talle
Al compas sereno y claro
De guitarras celestiales
Y luego se va alejando
Arrullada en sus varales,
Mientras que las bambalinas
Le van cantado la salve
Échala al cielo Julio
Para que yo se la cante
Mi esperanza marinera
Gitana, gracia y donaire
Viene llorando de pena
En lo estrecho de la calle
Y cuando sube leones
La noche clamor se hace
Y el aire en un solo suspiro
Con aromas de azahares
La cera quiere bailar
-bulerías, soleares-
Los candelabros de cola
Le van cantando verdiales
Y una sonrisa aparece
En su rostro sollozante
Mientras sus ojos se clavan
En los míos suspirantes
Confortado en tu esperanza
Marinera y desbordante
Llévatela de frente Julio
Que ya termine mi salve
En esta recta final de mi pregón, os quiero hacer una confesión, una confidencia, en esto de Semana Santa tengo una asignatura pendiente, más bien una promesa, que un día le hice a mis hermanos y amigos Pepe y May, salir juntos como costaleros de Nuestro Padre Jesus Nazareno.
Mira cómo va el Moreno
partiendo la noche clara;
mira cómo va mi Cristo
Bronce Moreno en su Cara
El que soporta la Cruz
con más Arte y con más Gracia
es la humanidad entera,
que se rinde ante sus Plantas.
Mira cómo va el Señor
cuando en Callao entra
mira cómo va ese paso,
si parece que no anda;
poquito, poquito a poco
avanzan las alpargatas
de los buenos costaleros
Va sobre andares gitanos
y parece que no anda,
tos los cuerpos derechitos
cortas, cortas las llamadas
el pasito racheao,
GUARI ¡¡¡¡¡¡
cortito, que no se vaya,
qué despacito lo llevan,
con el corazón trabajan.
De todos laos viene la gente
y es su arte filigrana,
que siendo costaleros son
alarifes de la gracia
paseando a Jesucristo
La Figura del Moreno
va dejando la plaza
olorcito a hierbabuena
y preguntas en el alma
Pero dudo que pueda cumplirla, los años son el único peso que no se puede levantar en un paso, pero he estado con ellos en cada Semana Santa, y con Jesús entrando en Jerusalén, a lomos de un borriquillo, como pasaban los gitanos para la feria de Peñarroya. Lo he visto, estampa a estampa, de su Via Crucis, prendido, flagelado, ofendido. Lo he visto pasar con la cruz, sólo, envejecido, por el dolor y la pena. Y lo he visto caer, una, dos, tres veces. Y lo he visto crucificado, lanceado, moribundo…muerto”. Y sobre todo lo he visto en su Gloriosa Resurrección, tras la redención de la Cruz
Entre el humo del incienso viene
Andando el Nazareno
firme y fuerte como el hierro.
Fíjate en Su Valentía
bajo el aire de la noche
que corta como cuchilla
fría como los aceros.
En la Plaza Sta. Barbará
Del Pueblonuevo de ensueño
lo espera todo el gentío
que lo divisa de lejos,
La brisa se va llenando
de sentidos Padrenuestros,
de petición sostenida
de mentes que están en rezo.
Los hachones, encendidos
perfilan Su Cuerpo enhiesto
Viene luchando el Señor
con el peso del Madero,
viene luchando el Señor,
aunque luchando, sereno;
Su Andar es largo, de frente,
y en Su Andar no existe miedo.
Mira Su Cara Llagada
inundada por los besos
Porque Tú eres a tu gente
lo que las letras al verso
lo que el sol al horizonte
lo que la nieve es al hielo
lo que el agua es a la lluvia
y la tersura al terciopelo
Lo que el cartón al capirote
y éste a los nazarenos,
lo que el escudo al pecho,
lo que el alma es al cuerpo
Lo que repique a las campanas
Y el andar al costalero
lo que el olor al azahar
y a la vejez al recuerdo;
porque Tú Eres, El Nazareno,
la Esperanza y el Consuelo
la Esencia de nuestro Pueblo,
Alivio para las penas,
Salud para los enfermos,
la Devoción que sustenta
a tus gentes los cimientos
Piconero Moreno
que cada día es un ruego
ante Tu Hombro Dolorido
por la Cruz de Tu Tormento
Por eso en los dedos
de Tu Santo Pié derecho
dejamos to nuestro Amor
cada día con un beso.
Semana Santa que llega y se va y cuando todo haya pasado, la nostalgia invadirá nuestro corazón. La Parroquia será nuestra casa y la Eucaristía nuestro alimento espiritual, esperando de nuevo los Triduos, Quinarios, Septenarios, , Besapiés y Besamanos, el Miércoles de Ceniza, la Cuaresma cofrade,…..otro pregón.
Entretanto, oiremos voces que nos dirán amigo, compañero, camarada, socio, colega, aliado, cómplice, partidario... Hasta que un día, un día alguien nos llamará "Hermano".
¡Qué hermosa palabra cuando se pronuncia de veras!
Los cofrades se llaman hermanos, sin tener la misma sangre.
Esa es la fraternidad de las Hermandades. Y el vínculo que une a los cofrades, es la sangre derramada de Cristo.
Un vínculo para compartir proyectos, sueños, atención a los necesitados, culto y oración, haciendo cofradía en la hermandad y hermandad en la vida.
Incluso y, sobre todo, haciendo Hermandad con quienes no conocen el sentido fraterno de esa palabra.
¡Bendita sea la Semana Santa!, que ofrece a Dios y a su Madre por las calles de este pueblo, para los cofrades y también para quienes no conocen el mensaje de Cristo.
Por eso es tan importante sacar nuestra imágenes vestir la túnica nazarena. Alimentar los cortejos y acompañar a Jesús y a María en su encuentro con nuestro pueblo
Un Evangelio caminante con la Hermandad como bandera, como aliento de vida, como promesa de Vida Eterna.
Cuando yo te digo hermano
esa palabra es bendita;
ojalá Dios no permita
que pueda decirla en vano.
El talismán del cofrade,
lo que lo hace diferente,
es el amor por la gente,
le guste o le desagrade.
El cofrade es un cristiano
que tiene el amor de guía
y aprende en su Cofradía
a querer al ser humano.
No se queda en los rincones
gimiendo por la pobreza,
busca siempre soluciones
y después a Dios le reza.
Ser cofrade no es sencillo,
pero son tan necesarios
como el encaje al bolillo
y el carbón al incensario.
Porque son las Cofradías
las que llenan nuestras calles,
si las procesiones no salen:
¿Qué Semana Santa habría?.
La Hermandad es un ejemplo
porque da su paso al frente
cuando el resto, indiferente,
se ha cansado antes de tiempo.
Por eso las Cofradías
son manantial de la Iglesia
y en ellas se reverencia
a Dios Padre cada día.
Y se venera a María,
Madre de Dios y a su Hijo
Nazareno, Crucifijo,
Señor Nuestro en su agonía.
Y se adora en el Sagrario
a Cristo Resucitado;
es el amor más sagrado
y el rito más necesario.
Ser hermano es importante
de aquel que nos necesita,
de los que padecen hambre
y la sed de la injusticia.
El cofrade es más hermano
si tiende una mano amiga
al Jesús abandonado
que sufre en cualquier esquina.
La Madre de Dios expresa,
en su dolor infinito,
cómo el amor es un rito
de celestial entereza.
La mayor Gloria de Dios
es la Fe que se derrama,
porque le sobra el amor
a esta Pasión Serrana
Y como buenos cofrades , antes de finalizar, recemos una Salve , pero permitirme que la dirija yo.
Dios te salve, Reina y Madre
vida, dulzura y amor,
Madre de la Esperanza,
Reina de mi pasión
Dios te salve, Reina y Madre
Rosa blanca de Pasión,
Madre de Dios serrana
ensueño del creador.
Luz de la iglesia del Llano
donde brillas más que el Sol,
dándonos vida en la vida
y en la muerte salvación.
Dios te salve, Reina y Madre
Vida, dulzura y amor
Madre de la Esperanza
Soberana de mi devoción
Y después de este destierro
Y por su Resurrección
Con tus manos de azucena
Y lagrimas de candor
Llévanos a la Gloria de tu Hijo
Nuestro Cristo en la oración
Al reino de luz divina
de los cielos llévanos
Dios te salve, Reina y Madre
Vida, dulzura y amor
Madre de la Esperanza
Madre de mi corazón
He dicho
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