sábado, 6 de septiembre de 2008

DESARROLLO MINERO E INDUSTRIAL, MIGRACIONES Y POBLAMIENTO EN EL ENTORNO DE PEÑARROYA (CÓRDOBA) DURANTE EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX: UNA PERSPECTIVA

Amparo Ferrer Rodríguez (Dpto. de Geografía Humana, Universidad de Granada)
Agustín Fleta González (Dpto. de Sociología, Universidad de Sevilla)
Francisco Ramírez Gámiz (Instituto de Bachillerato, Loja-Granada)
Mª Eugenia Urdiales Viedma (Dpto. Geografía Humana, Universidad de Granada
INTRODUCCIÓN
Los registros de personal de las empresas, incluso parciales e incompletos, abren interesantes perspectivas al microanálisis demográfico. En este trabajo se ofrece un avance, necesariamente provisional, de los resultados obtenidos a partir del análisis de la procedencia geográfica de los trabajadores de la Société Minière et Métallurgique de Peñarroya, complejo minero e industrial establecido en la comarca cordobesa del Alto Guadiato.1 La fuente fundamental de la investigación procede de la documentación del servicio sanitario de la empresa en la cabecera de la cuenca carbonífera: en total 103.920 partes de revisiones médicas cumplimentados entre 1902 y 1950, resultado de la suma, por un lado, de reconocimientos previos a la admisión de trabajadores y revisiones sucesivas (con muy pocas lagunas), y, por otro, de los partes de accidentes y altas médicas (con muy notables pérdidas).
En la investigación se abordarán tanto algunas de las respuestas metodológicas a la problemática suscitada por una fuente de este tipo como los efectos del auge minero e industrial en el poblamiento de la zona y, también en la movilidad geográfica de la población. Se realizará a partir, por un lado, del análisis de las procedencias de cohortes obreras, definidas, a la vez, por la fecha y la edad de incorporación a la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, entre 1902 y 1930. Por otra parte, se profundizará en el estudio transversal de algunas procedencias, especialmente interesantes (caso de Galicia, Portugal y Huelva) en base al volcado de la información, en este caso, de los historiales correspondientes a la primera mitad de S XX. Paralelamente y con el apoyo complementario de censos de población y nomenclátores, se pondrá de relieve la diferenciación funcional inducida en el territorio y su manifestación en la estructura del poblamiento y en los desplazamientos cotidianos de sus habitantes.
En base a la utilización de dichas fuentes se analizará, desde la segunda mitad del siglo XIX, el impacto de una gran multinacional en un territorio deprimido como era la comarca del Guadiato (donde se encuentra Peñarroya). Se trata de una zona de paso entre Extremadura y el Valle del Guadalquivir, históricamente muy conectada con la explotación minera de la que hay constancia desde época prerromana, y que se sigue manteniendo hasta la actualidad, habiendo pasado por muy distintas vicisitudes, si bien
1 Proyecto PS89-0154 de la DGICYT. Junto a los autores, integran actualmente el equipo investigador Arón Cohen y Eduardo de los Reyes. Han tomado parte también en distintas fases del proyecto Amparo Fernández Sánchez, Arturo González Arcas, Antonio López Ontiveros y Milagros Menéndez. Sobre las características de la fuente y la metodología empleada, Arón Cohen, “Los registros hospitalarios de una gran compañía minero-metalúrgica (Peñarroya, 1902-1950). Una fuente y algunas aplicaciones metodológicas para la historia del trabajo”, Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, 40, (mayo, 1999), [http://www.ub.es/geocrit/sn-40.htm]. Un avance de resultados en Arón Cohen et al., “La gestión patronal del trabajo y de sus ‘riesgos’ en Peñarroya (Córdoba), 1902-1950”, Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, 119-15, (agosto, 2002), [http://www.ub.es/geocrit/sn/sn119-15.htm]. 1
la minería ha constituido siempre uno de los ejes económicos fundamentales. En efecto, los yacimientos carboníferos más importantes se descubrieron en el siglo XVIII, aunque su extracción fundamental arranca de la segunda mitad del XIX, especialmente tras la creación en 1881 de la francesa Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, que supuso un cambio radical en toda la comarca en la que se mantuvo hasta 1961, momento en el que la Empresa Nacional Carbonífera del Sur se hace cargo de la explotación ya en plena crisis minera.
EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN EL VALLE DEL GUADIATO
El crecimiento de la población en el Valle del Guadiato presenta intensidades superiores a las restantes comarcas cordobesas desde 1857 hasta 1920, que se sitúan en 1,93% para el período 1857-1887, 2,08% para el comprendido entre 1887-1900, con un máximo de 2,26% entre 1900-1910, fecha a partir de la cual desciende algo, alcanzando un 1,98% entre 1910-1920 (Mapas 1 al 4). En los dos primeros periodos intercensales casi triplica el incremento provincial (1,93 frente al 0,41% provincial y 2,08% frente al 0,85% respectivamente). En los dos siguientes disminuye algo la distancia, que sigue siendo importante ya que en ambos periodos duplica al crecimiento global de la provincia (2,26 y 1,98 en la comarca frente a 0,91 y 1,19 en la provincia). El mayor crecimiento del Valle del Guadiato en relación a las demás comarcas de la provincia de Córdoba, es resultado sobre todo de la importancia que la explotación minera y la industria llegaron a adquirir en ella. La relevancia de dichos valores se acrecienta si tenemos en cuenta que la provincia de Córdoba tuvo un ritmo de crecimiento superior al medio anual de España en los mismos años. Todo lo cual pone de manifiesto el importante proceso inmigratorio que hubo de producirse hacia la comarca, que justifica unos valores que de otro modo serían anormalmente elevados.
El intenso ritmo de crecimiento de la población guarda una estrecha relación con la implantación en 1881 de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya en la comarca y su capacidad para transformar las formas tradicionales de producción minera y metalúrgica. A principios de la década de los 90, la fundición de plomo de Peñarroya era la primera de España, por entonces primer productor mundial de plomo metálico. La empresa continúa después un fuerte proceso expansivo asegurándose primero el autoabastecimiento energético y, enseguida, el monopolio de los recursos carboníferos de la Cuenca del Guadiato. Complementariamente sigue impulsando la minería de plomo (en sus minas pacenses de Berlanga, Castuera y Llerena, y manchegas de Almodóvar del Campo y Villanueva de Calatrava, a las que se unirán las de Villanueva del Duque y las adquiridas en el distrito linarense), y muy pronto otros subsectores industriales, como la fundición de cinc, la producción eléctrica y la química, específicamente la producción de ácido sulfúrico y superfosfatos2. En resumen, el crecimiento empresarial de la compañía y el de su asiento territorial se tradujo en una importante movilización de población y un fuerte crecimiento de los efectivos en torno al polo minero-industrial de Peñarroya .
A partir de 1920 el crecimiento demográfico comarcal disminuye (entre 1920-1930 se sitúa por debajo de la media provincial: 0,84% frente a 1,70% para la provincia), y continúa su descenso en el período siguiente –1930-1940- (0,15% frente al 1,30%) pasando a presentar ya crecimientos negativos en las dos décadas siguientes –1940-1950 y 1950-1960- proceso que continúa hasta la actualidad. (Mapas 5 al 8). Dicha reducción es, sobretodo, resultado de la crisis minera y de la escasa capacidad para generar otro tipo de actividades económicas sustitutivas de la minería precedente,
2 Vid. J. Nadal, “´Peñarroya’, una multinacional de nombre español”, Alta Dirección, XIV, nº 77, enero-febrero 1978, pp. 73-81 + anexo.


POBLACIÓN Y POBLAMIENTO A ESCALA MUNICIPAL
El elevado ritmo de crecimiento medio de la población a escala comarcal, se acentúa aún más en algunos de sus municipios, como es el caso de Fuente Obejuna, sin ningún lugar a dudas, cabecera comarcal hasta finales del siglo XIX, tanto por su extensión superficial, su importancia socioeconómica o el volumen de su población Pero a partir de los últimos años del XIX, Belmez primero y luego Peñarroya-Pueblonuevo pasarían a constituir el centro comarcal, ello motivado por la importancia que adquirieron sus explotaciones mineras a partir del último tercio de dicho siglo, que se tradujeron en un importante aumento de población (Mapas 9 a 12 ).
En 1857 el territorio que hoy ocupa el término de Peñarroya-Pueblonuevo estaba incluido en el municipio de Belmez, el cual tenía, según el Nomenclátor de Población de 1857, una villa –Belmez- y tres aldeas –Doña Rama, El Hoyo y Peñarroya-, esta última poseía 719 habitantes, de ahí que partamos de esta cifra inicial (Gráfico 1). En el Nomenclátor de 1888 ya aparecen como lugares tanto Peñarroya como Pueblonuevo con 1.785 y 3.569 habitantes respectivamente y además aparecen censados otros dos pequeños núcleos ligados al territorio de lo que sería Peñarroya-Pueblonuevo, aunque aún no estuviese delimitado, uno la Estación Peñarroya con 142 y otro Santa Elisa como establecimiento minero con 22 habitantes. Es por ello que se ha contabilizado un total de 5.518 habitantes para la fecha de 1887, resultado de la suma de Peñarroya y Pueblonuevo junto con los dos núcleos antes mencionados.
En el período comprendido entre 1887 y 1900 la población de hecho en Peñarroya-Pueblonuevo pasó de 5.518 personas a 10.180, con un crecimiento medio anual de 5,02%, duplicándose casi en Peñarroya –de 1.785 a 3.156- y también en Pueblonuevo –de 3.569 a 6.789. Por su parte, los núcleos de la Estación de Peñarroya y Santa Elisa llegaron a triplicar su población –de 142 a 441 y de 22 a 94 habitantes respectivamente. En 1894 se segregan de Bélmez las entidades Pueblonuevo del Terrible (julio) y Peñarroya (noviembre), ambos como municipios independientes resultado del auge minero3. Ambos se reagregarán en un solo municipio en 1927, coincidiendo con la caída del esplendor de la minería..
De 1900 a 1910 el crecimiento municipal, aunque algo inferior, continúa siendo muy elevado, del 4,72%, lo que de nuevo provoca que la población pase de 10.180 habitantes en 1900 a 16.138 en 1910. El máximo crecimiento se da en el núcleo de la Estación de Peñarroya (de 441 a 901), seguido de Pueblonuevo (de 6.789 a 10.565). Peñarroya pasa de 3.156 a 4.378 y el núcleo de Santa Elisa se reduce de 94 a 47 habitantes. Siguen apareciendo nuevas entidades, como es el caso de la Estación El Terrible con 7 habitantes según el Nomenclátor de 1910, contabilizándose además en esa misma fecha una serie de grupos diseminados que acogen a 240 habitantes.
Este importantísimo crecimiento de la población, unido al crecimiento de la producción minera y la puesta en explotación de nuevos pozos se va a mantener, aunque algo más bajo (3,95%) hasta 1920, fecha en la que se llega a los 23.785 individuos. Paralelamente siguen apareciendo nuevos núcleos relacionados con la explotación minera, en concreto la Estación MZA con 212, la Estación SMMP con 17 personas y dos nuevos caseríos: el de Casablanca con 137 y el de La Morosa con 32, además de 499 que viven en diseminados.
En el siguiente decenio, el de 1920-1930 el conjunto Peñarroya-Pueblonuevo (constituido en municipio único en 1927), tan sólo experimenta un crecimiento de 0,20%, mientras que la comarca crece a un ritmo algo superior –0,84%- y mayor aún es el de la provincia -1,70%-. De hecho tan sólo aumenta el término municipal en 475
3 En realidad, la promoción de los nuevos municipios tardó más de un decenio en materializarse. 5
habitantes, pasando de 23.785 a 24.260. A escala intramunicipal,, su población desciende ligeramente en los núcleos de Peñarroya y Pueblonuevo, y aumenta en los núcleos de la Estación de Peñarroya, Casablanca, apareciendo algunas nuevas entidades en el Nomenclátor, tales como Barranco de la Ana, Mina Antolín, Mina Santa Elena y Pozo nº 3, todos ligados a la actividad minera. Paralelamente se duplica la población de los diseminados
la de la provincia. En dicho periodo intercensal se pasa de 24.260 a 29.161 habitantes, cifra de población máxima, a partir de la cual los crecimientos serán negativos hasta la actualidad, con mayor intensidad de caída en la década de los sesenta.
LA CUENCA DE EMPLEO DE PEÑARROYA: ANÁLISIS DE LA PROCEDENCIA GEOGRÁFICA DE LOS OBREROS
La capacidad de absorción de mano de obra por parte de un sector económico en expansión (el minero-metalúrgico) y una empresa inmersa en un proceso de fuerte crecimiento se traduce en el efecto esponja que sobre el mercado de trabajadores realiza la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, especialmente sobre el área geográfica circundante, aunque también lo hace, aunque en menor medida sobre otras áreas más alejadas, sobre todo con las de tradición minera.
Para analizar este proceso nos hemos circunscrito en un primer momento a los historiales médicos previamente reconstruidos4, de los que se ha codificado la procedencia geográfica de los obreros, con el fin de conocer la capacidad de captación laboral de la misma. En total se ha contabilizado información correspondiente a 4.894 individuos distribuidos en tres cohortes. Se trata del núcleo documental sobre el que más se está profundizando para llevar a cabo el análisis de diversas temáticas. Dicha base de datos se ha extraído de un conjunto reconstruido que se acerca a los 31.000 historiales), definidos a la vez por la fecha y la edad al inicio de nuestra observación (de 17 años como máximo) La primera cohorte recoge información de 1.025 obreros que entraron a trabajar con menos de 18 años entre 1902 y 1910, periodo que coincide con la inclusión del examen médico dentro del procedimiento normal de admisión de los trabajadores a la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya [1904].
La segunda y la tercera cohortes, las más numerosas, recogen a 2.219 y 1.650 obreros respectivamente, reconocidos por primera vez entre 1911 y 1920 en el primer caso y entre 1921 y 1930 en el segundo. La segunda cohorte incluye los años de máxima ocupación en Peñarroya, durante la Primera Guerra Mundial: más de 7.000 obreros entre minas e industrias, además de los empleados en las minas metálicas de otras localidades del norte cordobés. La tercera cohorte coincide con un período de dificultades y un reflujo de los efectivos empleados.
Dicha información de base permite sólo una primera aproximación al tema, pendiente de complementar con el análisis complementario de los lugares de nacimiento, aplicado a todos los obreros de los que se tiene constancia en una serie de años repartidos a lo largo de los primeros 50 años del SXX5. De hecho, la base de datos aquí utilizada (obreros muy jóvenes que entran a trabajar durante las dos primeras décadas del siglo, sesga el mapa resultante, reforzando el predominio del entorno inmediato del núcleo productivo.
Origen geográfico de los obreros
Tanto el volumen de obreros incluidos en cada cohorte, así como el abanico provincial reflejado en cada una de ellas, guarda una interesante conexión con la situación que atraviesa la empresa en cada corte temporal, especialmente acusada en la segunda cohorte, la mas numerosa y la que ofrece mas variedad y lejanía en la procedencia geográfica de los obreros (Cuadro 1). Coincide con la etapa de mayor esplendor minero-metalúrgico de la comarca, que abarca hasta final de la Primera Guerra Mundial.. Paralelamente también conviene destacar que, debido al carácter de la
4 Vid. A. Cohen (1999), op. cit..
5 Ese análisis complementario si se ha realizado en la parte última del trabajo para los obreros procedentes de Portugal, Galicia y Huelva.

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http://www.ugr.es/~adeh/comunicaciones/Ferrer_Rodriguez_A.pdf

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