martes, 15 de abril de 2008

Peñarroya,con sus grandes fabricas,en poder de nuestro Ejercito. 1936 España

Peñarroya,con sus grandes fabricas,en poder de nuestro Ejercito।-El coronel Buruaga, contento. Se ha conseguido el objetivo de la sierra de Córdoba en su totalidad. Trabajo y tranquilidad. Los mineros de Peñarroya piensan bien sus determinaciones. Córdoba 14 octubre 1936. El coronel Sáez de Buruaga es hombre de tal serenidad y tal temperamento, que pocas veces o ninguna se conoce en él cuándo está alegre o cuándo está contrariado. Sus simpatías y su sonrisa constante despistan al mayor observador. (¿Verdad, mi coronel?) Escuchábamos una noche en Córdoba a uno de esos moros que le adoran como a su Dios, que decía a otro regular: "Coronel no estar contento. Decirlo su cara." Nos preocupó un momento la inquietud del moro amigo, no acertando a comprenderla. El bravo coronel Buruaga, jefe de las columnas de Córdoba, que se encontraba próximo a nosotros, estaba sonriente y con cara de satisfacción; no obstante, supimos después que tenía motivos para no estar satisfecho, y a pesar de ello sonreía, con esa sonrisa y ese optimismo tan suyo, que ha inculcado en sus fuerzas. Ayer, cuando vimos al coronel Buruaga, a quien tanto se le quiere en Córdoba, al regreso de Peñarroya, comprobamos de verdad que estaba contento; venía contento de su operación militar. No podía ocultarlo. Su satisfacción se reflejaba un poco más en su cara. Una pequeña variante entre la contrariedad y la alegría, que pudimos apreciar.-¿No era así, coronel Buruaga? Con la toma de esta población minera, el objetivo está completo, por ahora, Villaviciosa, El Vacar-Obejo, Villaharta, Espiel, Belmez y Peñarroya-Pueblonuevo. Kilómetros y más kilómetros, a toda prisa, en muy pocos días. Los precisos para transportarse las columnas hasta el fin victorioso, trazado en los planos del Estado Mayor, con una exacta precisión, cumplida por nuestras bravas fuerzas combatientes. Del lado de Fuenteobejuna, con el comandante Gómez Cobián; y del lado de Córdoba, con Alvarez de Rementería. La Aviación, como siempre, suprema colaboradora; alarde de maestría sin igual, y, en una palabra: inteligencia y valor. Aviadores españoles, supremo título de nuestros caballeros del aire. No hace aún diez días que desde estas mismas columnas informamos de la situación de Peñarroya, en el movimiento actual. En aquella zona importante minera -cerca de ocho mil obreros-, la normalidad era completa. Funcionaban los Bancos, el comercio, y se trabajaba en las minas, por lo menos en aquellos trabajos indispensables y precisos, como son los desagües, encendido de hornos, etcétera, y así ha continuado, y así estaba ayer, cuando llegaron nuestras fuerzas salvadoras. Banderas blancas en los edificios, deseos de tranquilidad y de trabajo, expresión de patriotismo en los mineros, en sus mujeres y en sus hijos; vivas a España, vivas al Ejército salvador, exclamaciones que llenaban el ambiente de las anchas calles de Peñarroya Pueblonuevo, a los pocos instantes de entrar los soldados españoles. Al principio unos disparos, muy pocos. ¿Dónde no hay bandidos? Un titubeo rápido y una decisión aún más rápida para reconocer el fin beneficioso que lleva el movímiento en favor de nuestra Patria, iniciado por el Ejército leal. Los mineros piensan bien sus determinaciones. Lo tienen demostrado muchas veces, y no se dejan arrastrar tan fácilmente, como esa pobre gente campesina, ciega y envenenada, que está llevando a cabo tantos hechos repugnantes por esos pueblos andaluces y extremeños. No han sido criminales los mineros de Peñarroya. Discurren por su cuenta y no por la de los dirigentes canallas marxistas, pues saben dónde está el bien y dónde el mal. Pronto, mañana, pasado o al otro, empezarán a funcionar las fábricas, a bajar y subir las jaulas de las minas y a tocar las sirenas de los talleres; y volverá el mismo ritmo de antes, empezándose de nuevo a producirse carbón, papel, yute, y no pararán un solo dia las fundiciones de plomo, zinc, y la de sub-productos de destilación de la hulla, y los productos quimicos, superfosfatos, abonos, acido sulfúrico, sulfato de cobre, de hierro, de amoniaco y todo aquello, en fin, que ha hecho tan rica aquella comarca de Peñarroya. Y asi se dará vida a la Patria y cooperará cada uno, desde su puesto, para hacerla grande y digna, como fue y como volverá a ser, porque así la soñamos y la queremos. Terminado ya lo que respecta a la toma de Peñarroya en su extraordinario aspecto industrial, señalaremos un caso de guerra, único ocurrido en toda la operación militar que ha terminado, por ahora, en la cuenca minera de la provincia de Córdoba. Nuestros bravos soldados tomaron Villaharta y después Espiel, siguiendo a Belmez, sin apenas resistencia. Los marxistas huyeron como cobardes, y se les ocurrió, antes de internarse por la parte de Pozoblanco y dar cuenta al Comité del fracaso de los generalísimos de la terrible columna de El Vacar, intentar atacar de nuevo a Espiel, después de estar ya nuestras fuerzas en el pueblo, aprovechando que el grueso de la columna marchaba sobre Belmez. Tirotearon con fusilería y ametralladoras el 12, Día de la Raza, por la tarde y noche, sin tener en cuenta que dentro de Espiel había un grupo de bravos soldados españoles, los cuales, con el capitán Carrión, supieron defender con gran entereza el ataque de los rojos, hasta que antes del amanecer llegó una sección de Regulares de Melilla, al mando del bravo capitán Peláez, que al grito de ¡Viva España! ¡Viva la Raza Española!, que se celebraba aquel día, atacó con furia a los agresores, haciéndoles huir para siempre, no sin antes dejar algunos cadáveres en el camino. Envío.—Coronel Eduardo Sáez de Buruaga, jefe de las columnas de la provincia de Córdoba: un abrazo muy fuerte de este periodista, que interpreta el sentimiento de Córdoba, en un día como el de ayer, que celebraba su fiesta onomástica, con toda sencillez, y aunque martes 13, agregó a su gloriosa hoja de servicios una página más, después del triunfo que ha representado la toma de Peñarroya-Pueblonuevo por los valientes jefes, oficiales, clases y soldados que componen las columnas que actuán bajo su mando en la provincia cordobesa.— FRANCISCO QUESADA. Sevilla-

http://argelaguer.nireblog.com/post/2007/10/22/penarroyacon-sus-grandes-fabricasen-poder-de-nuestro-ejercito-1936-espana

No hay comentarios: